
NO ERES UNA LÍNEA RECTA
febrero 14, 2025
COMPOSTAJE EMOCIONAL
marzo 14, 2025No busco ser un ser humano perfecto, busco ser un ser humano completo. Este es una de mis creencias centrales. Porque, de entrada, está claro algo, no existe la perfección humana, pero si es posible la integración y la completitud de nuestro ser. Ahí puedo resumir mi visión de vida, mi visión profesional y la idea que tengo sobre el mundo. Así que este blog se constituye en una primera invitación, y es que aprendas a ver tu imperfección y que puedas aceptarte en la misma. Solo así podrás, también, conocer un mundo que es imperfecto, relacionarte con otros que también son imperfectos y vivir una vida muchísimo más armónica.
Tenemos que cortar con la idea loca de creer que la absoluta perfección es igual a estar bien, o que la absoluta linealidad, lógica y control son las formas de habitar este universo. Debemos darnos cuenta de que todo el universo funciona de una manera mucho más compleja que nuestras ideas limitadas de perfección, y que si logramos aceptarnos a nosotros mismos dentro de esta complejidad, podremos vivir muchísimo más tranquilos nuestras vidas y, así mismo, aceptar y vincularnos mucho más amorosamente con otros.
Descubrir dónde fallamos, cuáles son nuestros errores, qué imperfecciones tenemos y cuáles son las zonas más oscuras de nuestro interior, es parte fundamental de cualquier proceso de desarrollo humano. Además, te invita a conocer de una manera amplia y completa la belleza y complejidad que te habita interiormente. Por supuesto, sobra decir que también es importante que puedas descubrir y reafirmar tus zonas luminosas y darte cuenta de todas estas potencialidades y habilidades que tienes. No pretendemos caer en el error de moda de ser unos jueces de nosotros mismos que solo se castigan y son capaces de observar solamente los errores que cometen. Buscamos un ser completo, un humano ying yang, una danza de contrarios y complejidades.
Para nadie es un secreto que el ser humano actual, a pesar de haber avanzado en tecnología y el dominio del mundo externo, se encuentra en su interior bastante subdesarrollado, y en ese sentido, parte del proceso de atreverse a encontrar una mejor versión tiene que ver con alcanzar nuevos niveles de desarrollo, más altos y comenzar a develar dentro de nuestras profundidades todas aquellas posibilidades que tenemos, que no utilizamos y que nos hacen, insisto, vivir unas vidas mucho más limitadas. Además, privan al mundo de las capacidades que podríamos expresar para afectar positivamente no sólo nuestras vidas, si no también, las de otros seres. Muchas veces sacrificamos estas altas posibilidades de desarrollo que todos tenemos, por el simple hecho de que el camino hacia una versión más desarrollada de nosotros mismos es un camino imperfecto y se escapa de los ideales fantasiosos que a veces queremos imponernos.
El viaje del autoconocimiento es como el clásico viaje del héroe o el clásico viaje de los personajes centrales de las grandes tradiciones religiosas. Implica momentos donde estamos en lugares parecidos a un purgatorio, un limbo extraño, con una sensación de no saber realmente quiénes somos. Implica en ocasiones bajar a los infiernos, a los lugares del inframundo, para enfrentarnos a los demonios y así poder salir victoriosos o victoriosas y regresar o transitar los espacios celestiales de gozo y de bienestar, que también trae este proceso. Es un viaje completo, con subidas y bajadas, con espirales y angustias, pero que tiene al final la recompensa de nuestro propio cielo personal.
Por eso no soy un fan de la perfección. Más bien intento alejarla de mis objetivos y los de otras personas con las que me vinculo y trabajo. Así como lo manifesté en otro blog y en algunas de las conferencias que he hecho: lo único perfecto es lo que está muerto. Por eso te invito a que sueltes esta idea, te propongas vivir de una manera menos automatizada, lineal y robotizada; te permitas, en fin, trazarte la meta de integrarte y ser completo y te alejes de la idea de una vida perfecta que solamente está contribuyendo a alejarte y desconectarte de lo que realmente te pasa, y que contribuye de forma fundamental a engrosar las estadísticas de malestar emocional. Ser completos y no perfectos debería volverse nuestro mantra personal.